La QH de "Patanegra"

La noche antes de la Qh no fue para dormir. Descansé eso si y lo hice con mi música favorita. La otra música de la camareta donde me toco dormir no era nada agradable. Fernando Manero creo que la sufrió sin tener otra alternativa.
El momento agridulce del desayuno dio paso a la agradable sorpresa de encontrarme en el cajón de los de 6:30 a 7h a un lobo al que tengo especial admiración, “Cudi” estaba allí y nada mas verlo he intercambiar unas palabras intuí sus intenciones que también eran las mías. Hubo varios encuentros entre ambos hasta que las rampas del Somport nos separaron hasta la meta.
Suelo elegir bien la ropa que ponerme, unos guantes finos debajo de los cortos, los manguitos espectaculares identificando mi lugar de origen, unos cubrebotines de licra y una braguita fina fueron los complementos que decidí llevar con la opción de deshacerme de ellos al llegar a la cima del primer puerto donde Oscar estaría apostado.
Salida fulgurante hasta Jaca donde la marcha se ralentizó, el viento de cara es lo que tiene, me mantengo activo y ambicioso, me coloco entre los 800 primeros.
A falta de 4 kms para coronar Somport ví a las claras que el equipaje elegido era el correcto, un solo km de descenso me hizo ver que era claramente insuficiente.
Me acordé del vaticinio que la noche anterior hizo “fumetas” mientras cenábamos, confesándonos la información que tenía de primera mano sobre el tiempo que hacía en Francia.
Ya en el segundo Km de descenso no pude pensar mas, el ejercicio de concentración necesario para no salirse de las curvas requería de un esfuerzo al cual no estoy preparado. Al agua se le unió el aire, la niebla y el frío.
Sin referencias en el descenso negociaba las curvas corrigiendo media docena de veces la trayectoria. Cuando las condiciones mejoraron, solo cabía esa opción, y la niebla se disipó comprobé atónito el penoso estado en el que me había dejado solo 7 km de descenso, un cuerpo sin manos ni piernas que luchaba por dejar de temblar con el solo deseo de poder pedalear en busca de una reacción que ayudase a superar mi estado en general.
Con la certeza de saber que mi objetivo se había esfumado busqué otros que me aportaran la fuerza y determinación necesarias.
Controlando con la vista los movimientos de mis torpes manos acerté en colocar todo el desarrollo en mi bendita bicicleta la cual “no sé de que manera” me mantuvo encima suyo durante los descensos.
El objetivo era simple pero complicado, “dar pedales”.
Comencé a buscar a gente, necesitaba corroborar que mis horribles sensaciones no eran solo mías y esta vino en forma de estampa imborrable al alcanzar a alguien de los que nada mas verlo los calificas como “de los buenos”, sin guantes, ni braga, sin manguitos ni chaleco, sin botines y cuya cara reflejaba todas las sensaciones que yo había sufrido. Se dejaba caer inerte por el terreno favorable, para poco después poner pie en tierra. Yo, sin embargo daba pedales, incluso lo hacía levantado, con “todo” metido.
De que te quejas?. Me pregunté
Proponerme objetivos y realizarlos me ayudó a seguir, alcancé a un pequeño grupo y seguí observando cadáveres sobre bicicletas, reconocí a uno de los de ese grupo “ Chentin” ( el hermano de Chente). Le hice un gesto con la mirada y el me contestó con otro de similar significado
Comencé a pensar en la suerte de mis colegas, en mi familia, amigos, buscaba energía en ellos. Pensé en la suerte de Oscar, con su bendita hernia, en “Cuerpobonito” y sus problemas con el frío, el cual salió victorioso de semejante reto. Pensé en Fer “ironman” y la Lobita que son para mí los mas fuertes mentalmente, en como buscarían ellos la motivación y las fuerzas necesarias para seguir.
Llegó el llano y después el deseado Marie Blanque, abusando del plato hasta los 4 últimos kms, y al sentir como mi cuerpo reaccionaba con el esfuerzo tuve la certeza de que terminaría la prueba. Los kms duros de ese puerto pasaron rápidos, demasiado, pensé, cuando en el último de ellos comenzó de nuevo a llover.
Al ver el avituallamiento decidí castigarle con mi indiferencia por el trato que la prueba me había dado. Acepte el agua de un hombre que permanecía impertérrito debajo de la lluvia justo antes de comenzar el descenso.
Este fue un revivir del anterior pero ya tenía “determinación” y ella me llevó de su mano a casa.
Antes de llegar a la general que nos llevaría de camino a Laruns volví enganchar al grupo de Chentin aunque él ya no estaba allí. En mejor grupo no podía ir, el ritmo era muy alto y existía la ambición de coger a otro grupo de unos diez que caminaban delente nuestro a menos de un minuto.
Decidí comer una especie de barra fina y dura que mi nutricionista “Fumetas” me había aconsejado, joder no pude partirla con los dientes, mi mandíbula estaba fuera de juego, acerté a hacer palanca con ella entre los cables de freno hasta que partió, luego la fui deglutiendo como lo haría un anciano desdentado. Eso me hizo reir y me entonó.
Curva cerrada a izda, paso por el puente y comienza puerto. No llegaría a la veintena los integrantes del formidable grupo en el que viajaba, sin duda eran gente que andaba mucho. Esta sensación se hacía patente en el ritmo de subida del Portalet y me di cuenta rápidamente que no podría aguantar mucho tiempo.
El grupo se fue desgranando y mi actitud ambiciosa estuvo a punto de pasarme una factura carísima. Revente tras 7 km de ritmo altísimo e inaccesible para mi y tardé en recuperarme casi dos. Aquí noté el buen entrenamiento realizado durante las semanas anteriores, el cual además de permitirme recuperar en ese momento delicado me rehice alcanzando un buen ritmo de subida.
Llegó el esperado último km del Portalet al que denomino “el km de la piel de pollo”. Mucha, muchísima gente animando, hay que amar mucho, para aguantar allí con la que estaba cayendo. Me llegan ánimos “aupa ese lobo” acierto a ver a las chicas de Tomey y Perico. ¡Que inyección de adrenalina!.
Ya en España y lloviendo, aunque pronto la carretera secó los tubulares estratosféricos que llevo montados en mis Bora. Allí llegó mi primer momento realmente divertido, rapidísimo descenso hasta el cruce con la Hoz comiéndome literalmente a otros”cicloturistas” (ja ja ja , bonita palabra), que intentaban seguir mi ritmo.
Observo a lo lejos que cuatro de ellos toman el desvió hacia la Hoz y se convierte en mi objetivo y al que tuve que empeñar todo lo que me quedaba. Espectacular el ritmo de subida del colega de Valencia y mejor si cabe el de bajada, la cual tiene su miga. Ya en la general, como flechas hasta meta.
Al llegar veo a Oscar junto con “Fumetas” este, con mala cara y no solo por lo sucia que la llevaba. “ Mala suerte” para él pero está entero y eso es mucho. Esta herido en el alma y será interesante verlo rabioso el año que viene.
Oscar me transmite su enhorabuena por haber terminado y por el registro conseguido, le digo, que registro Oscar? No sabes lo que te has perdido por culpa de tu hernia.
Comienzo a hacer el recuento de todos los colegas, pronto me entero de los abandonos de Riojitas, Manolo y Eugenio. Compruebo entonces que algunos lo han pasado peor que yo.
Mi compañero en la salida “Cudi” llegó poco después, “formidable” otro mas sano y salvo.
La espera se hace tensa. Me dicen que ha llegado Fer “ironman” bastante maltrecho y que por la noche se resintió un poco. También lo pasó especialmente mal mi amigo Guadix que terminó echando el resto gracias al apoyo de Eva.
Vidal también acabó y con un buen registro, sus primeras palabras ”el agua de la Iratí un cuento comparado con esto” un tío duro este Vidal.
Llegó Rafita incombustible, tambien Perico y Tomey en su primera QH, que bueno, enhorabuena para los dos.
Espero noticias de “Cuerpo” y me llegan muy buenas, no solo ha terminado sino que con buen tiempo (cuanto bien le va hacer esto).
Guti, sin tener decidido salir lo hizo y la terminó, bravo por él.
Veo a Fernando Manero ya comiendo eso es buena señal aunque me hace saber su calvario particular.
Algunos ya se inquietan por la Lobita, preguntan por ella y de la conveniencia de llamarla. Yo les digo que no se impacienten, no saben bien de su capacidad.
Sugiero ir a esperarla a meta y no tardó mucho en aparecer en la larga recta paralela a la de llegada.
Con la sonrisa en la boca agradeciéndonos de antemano la espera de su llegada, con el traje mas o menos blanco y su cara mas o menos negra pero con una actitud y semblante diferente a la de los demás, contenta por haber terminado, feliz de haber conocido a un compañero de fatigas que no dudó en presentarnos a todos.
Relatando su aventura “vivida a su manera” haciendo olvidar un poco a todos el mal trago sufrido durante la prueba.
Sin duda la Lobita en ese sentido “nos saca de rueda a todos”
A la noche celebramos esta Qh con una cena de hermandad lobuna en la casa rural donde estuvimos alojados, que pena no habernos juntado todos.

Yo no voy a volver mas a la QH, ya se encargará el cabrón de Oscar de que cambie de opinión.

Un abrazo a todos.

Dani “Patanegra”.